El tesoro escondido de los Andes: el Chocho, la proteína vegetal que la ciencia redescubre

El tesoro escondido de los Andes: el Chocho, la proteína vegetal que la ciencia redescubre

El super alimento que recupera su lugar en el mundo

En las montañas andinas, mucho antes de que la soya o la quinoa se hicieran famosas, las comunidades locales ya cultivaban y consumían un grano pequeño, amargo al inicio, pero increíblemente nutritivo: el Chocho (Lupinus mutabilis). Durante siglos, fue parte de la dieta de los pueblos originarios; hoy, empieza a llamar la atención de investigadores y nutricionistas en todo el mundo.


¿Qué hace especial al Chocho?

A simple vista parece una legumbre más, pero su perfil nutricional sorprende:

  • Proteína de alta calidad: entre 41 % y 53 % de su peso seco corresponde a proteína, cifras comparables o incluso superiores a la soya (Meneses Quelal et al., 2025).

  • Rico en hierro, calcio y vitamina B1, nutrientes esenciales para la energía y la salud ósea.

  • Fibra natural: más del 10 % de su peso, lo que contribuye a la saciedad y a una digestión saludable (MDPI, 2025).

Digestibilidad eficiente: A diferencia de otras legumbres, su proteína es más fácil de asimilar para el organismo humano. Estudios metabólicos en niños mostraron que la calidad de la proteína del Chocho es comparable a la de la soya y la leche (PubMed, 1984).La FAO también ha reconocido al Chocho como un alimento con potencial para contribuir a la seguridad alimentaria en América Latina 【FAO, 2017†http://www.fao.org/3/i7447s/i7447s.pdf】

🔬 Lo que dice la ciencia

El interés científico por el Chocho tiene décadas. En 1982, un estudio publicado en el Journal of Nutrition demostró que su proteína alcanzaba entre un 80 y un 86 % de digestibilidad aparente, muy cercana a la de la caseína (Schoeneberger et al., 1982).

Más recientemente, investigaciones en Ecuador y Europa lo señalan como un candidato clave para diversificar la dieta global y reducir la dependencia de la soya industrial (Carvajal-Larenas et al., 2016).

“El Chocho no solo es una proteína completa, también es un cultivo resiliente que podría jugar un papel clave en sistemas alimentarios más sostenibles” (Carvajal-Larenas et al., 2016).

Del olvido al redescubrimiento

¿Por qué no habíamos escuchado tanto sobre él? Principalmente porque su consumo se mantuvo en comunidades locales y su cultivo es más exigente que otras legumbres. Sin embargo, la búsqueda global de proteínas vegetales diversas y sostenibles lo ha traído nuevamente a escena.

Un análisis publicado en Frontiers in Plant Science destaca que el Chocho combina un alto contenido de proteína y aceite con la capacidad de crecer en suelos pobres, lo que lo convierte en una opción estratégica para el futuro de la alimentación (Gulisano et al., 2019).

Una invitación a la curiosidad

Cuando la ciencia y la tradición se encuentran, aparecen historias como la del Chocho: un grano ancestral, lleno de nutrientes y con un potencial enorme para la nutrición moderna.

Los datos están ahí, los estudios lo respaldan, y las comunidades andinas lo han sabido desde siempre.
La pregunta que queda es sencilla: ¿no te da curiosidad probarlo?

Regresar al blog

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.